“la exigencia es una forma de ser”
Detrás de un padre exigente- hubo un niño con sobre exigencia
¿De dónde proviene la exigencia de los padres?
Si analizamos la respuesta, resumiremos la importancia e influencia del estilo de crianza parental, el modelamiento de familia ejemplo: Padres médicos, hijos médicos, familia de padres ingenieros o arquitectos, hijos con similitud de carrera que no, nos llame la atención. Sin embargo, “Hoy los padres quieren hijos bien formados, competitivos, con buenas notas, y muchos exigen altos rendimientos sin tener en cuenta si sus hijos (as) pueden o no alcanzar ciertas metas o sin preocuparse de sí, sus hijos(as) compartan los mismos intereses o cómo se sienten”, aunque algunos donde más exigentes ya sea en el ámbito académico, la mayoría de padres exigentes suelen serlo en todo: en el orden, en las tareas de casa, en los horarios, en el deporte, en las actividades de ocio, en los viajes, en las vacaciones… porque tienen la exigencia y el deseo de perfección como valor de su filosofía familiar.
Y ¿qué ocurre cuando se pide demasiado?
O los límites son necesarios o innecesarios, cuando las expectativas son muy grandes, Todo depende de las capacidades, de los intereses y del carácter del niño, niña. Si puede y quiere alcanzar las elevadas metas que le marcan, es posible que tenga un rendimiento óptimo y acabe desarrollando una personalidad exigente y perfeccionista, como la de sus progenitores. Si los objetivos le resultan inalcanzables o no le gustan, se frustrará, se bloqueará o se rebelará. En todo caso, lo normal es que acabe siendo una persona insegura, dependiente, con baja autoestima, predispuesta a la ansiedad y con poca emotividad y espontaneidad.
¿Por qué?
“De pequeños pueden resultar muy obedientes y ordenados, pero son niños con poco criterio y poco autónomos, y eso puede dar problemas cuando sean adolescentes y adultos; porque si no interiorizan los valores les resultará difícil tomar decisiones y esperarán que alguien les diga lo que han de hacer”, coincidentemente los hijos muy exigidos, sobre todo cuando la exigencia no va acompañada de contención emocional afectivo, acaban siendo muy inseguros.
“Si los padres exigen y no dan muestras de afecto de forma frecuente, los niños se sienten frágiles y creen que si no cumplen los objetivos que les ponen serán rechazados; eso les crea inseguridad y acaban siendo personas que tratan de demostrar constantemente lo que valen, lo que las predispone a la ansiedad, al miedo y a las fobias; a algunos, los perfeccionistas, la inseguridad les hace esclavos del detalle y viven frustrados porque no siempre logran lo perfecto, y a otros la inseguridad les bloquea y les convierte en personas muy pasivas”.
Hay que considerar que, cuando les cuesta trabajo a los padres reconocer que su hijo(a) tiene problemas de autoestima, de ansiedad o de depresión, De entrada, porque los padres exigentes con frecuencia aplican un estilo educativo autoritario, se muestran intransigentes y tratan de controlar todo lo que hacen sus hijos para que respondan a sus objetivos. “Los padres democráticos pueden ser exigentes, pero si están acostumbrados a llegar a acuerdos, la exigencia se verá compensada y rebajada mediante la discusión y consenso con los hijos, de forma que es más difícil que caigan en el exceso”, cuando los padres se pasan de exigencia, cuando presionan para que el hijo responda a su proyecto y están permanentemente encima de él diciéndole lo que ha o no ha de hacer, se provoca dependencia.
Exigencias de los Padres/Limites necesarios
“La mayoría de padres llevan a sus hijos (as) al psicólogo por fracaso escolar, porque su rendimiento bajó de sobresaliente a notable, y luego ha suspendido, y no entienden que está pasando; no entienden que su hijo(a) se siente culpable por no traer buenas notas, suelen pensar que los han decepcionado a sus padres y que mientras estos siguen presionando con el rendimiento él no se siente apoyado y está sufriendo una depresión crónica o una situación de desasosiego que le bloquea o que le lleva a adoptar conductas de riesgo.
“Cuando se exige y se exige se causa estrés en los niños, niñas y, al llegar a la adolescencia y a los cursos más difíciles de la preparatoria, muchos de esos estudiantes se rompen; unos rompen con un descenso de sus notas y trastornos de conducta, y otros queriendo dejar de estudiar porque están hartos, cansados y se rebelan” llegando tres etapas: primero, por agradar a sus padres, intentará alcanzar las metas que le exigen; posteriormente, si no posee las capacidades para ello, se dará cuenta de que no puede alcanzarlas por más que lo intente; y, por último, ante esa incapacidad, acabará elaborando una idea negativa de sus propias habilidades, pensará que no sirve para nada, que todo le saldrá mal, y dañará su autoestima.
Realizando siempre actividades inconclusas, donde nada será suficiente.
Te invitamos a leer nuestros post sobre ¿Qué necesita mi hijo o hija? AQUI